miércoles, 24 de julio de 2019

Desarrollo de la Inteligencia Emocional:: Conciencia

La Inteligencia Emocional, como combinación entre la Inteligencia Interpersonal e Intrapersonal, es la "capacidad que tenemos para apreciar y expresar de manera justa nuestras propias emociones y las de los otros y para emplear nuestra sensibilidad a fin de motivarnos, planificar y realizar de manera cabal nuestra vida".

Cualquier adulto hoy en día podría ser capaz de advertir, que cuanto más nos entrenamos para desarrollar nuestra Inteligencia Emocional, más fácil es tener éxito en nuestra vida, ya sea en el ámbito profesional o personal. Desde desarrollar capacidades de automotivación y resiliencia en nosotros mismos, a aplicar diferentes estrategias emocionales en la gestión de equipos, por ejemplo.

Esto no es muy distinto cuando trasladamos estos conceptos al ámbito de la educación; el desarrollo de nuestra Inteligencia Emocional nos va a permitir empatizar, motivar, gestionar conflictos, etc. en nuestras aulas, a la vez que, si empezamos a entrenar a nuestros alumnos para su propio desarrollo, conseguiremos ir dándoles herramientas útiles para sus vidas adultas.

Dentro de las competencias de la Inteligencia Emocional encontramos diferentes estadios: conciencia, regulación, autonomía, sociales y el bienestar. Si nos centramos en el primero de ellos, la conciencia, deberemos destacar la importancia de saber diferencias qué sentimos en cada momento y ponerle nombre; no será lo mismo estar enfadado, que estar furioso, o sentir miedo y sentir terror... La forma en la que deberemos regularnos y reaccionar o intervenir como adulto, va a depender del grado de cada emoción, de ahí la importancia de trabajar con los niños en la identificación de sus diferentes emociones desde las edades tempranas.

Adaptado de Robert Plutchik (1980), Emotion: Theory, research, and experience: Vol. 1. Theories of emotion, 1

FUENTES: Freshthinking, Wikipedia


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